martes, 3 de mayo de 2022

Lesiones


 Correr, amo correr, me ha ayudado ha superar mis problemas mentales, ha sido una pauta para poner orden a mi vida, llevar un ritmo, me da felicidad y me permiten estar motivada. Sin embargo, un día me resbalé y sentí como algo se rasgaba en mi espalda. Pensé que no era grave, que podía seguir con un poco de reposo, pero no fue así. 

Se anunció que se retomaría este año el medio maratón de mi ciudad, el cual no se había celebrado en los dos años anteriores debido a la pandemia. Empecé mi entrenamiento, me sentía un poco rara, unas descargas eléctricas se expandían en mi espalda al terminar pero seguí sin darle importancia. Un día salí a correr los 8 kilometros que me correspondían para ese día, estaba calentando, caminando, y cuando empecé a trotar me invadió un dolor  detrás de mi rodilla que jamás había sentido. Me detuve después de unos cuantos pasos, pensé que se debía a que no había calentado lo suficiente, así que intenté caminar un poco más. Al volver a trotar el dolor se extendió por toda la parte trasera de mi pierna hasta llegar a mi talón. Me asusté, no podía correr más. Regresé caminando a casa, con paso lento y lagrimas en los ojos. Me tomé en serio la lesión, decidí que tenía que postergar los entrenamientos y que lo mejor era no correr en este medio maratón. Me sentí muy triste, pero estaba muy preocupada. 

Cuando vivía en Mérida y hacía ejercicio mi estabilidad emocional estaba estable, en cuanto lo suspendí, me deprimí y terminé huyendo. Me ocurrió de nuevo, creo que es necesario que yo haga ejercicio para estar bien mentalmente. Llevo un tiempo sin hacerlo y reflexionando un poco creo que es la razón por la que me caí de nuevo en este estado de poca productividad. Espero hacer ejercicio leve, que pueda ayudarme en mi rehabilitación y que me ayude a seguir motivada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario